De todos los defectos congénitos, el Labio Leporino (abierto, partido) y/o Paladar Hendido es uno de los más comunes. Actualmente son anomalías que afectan a uno de cada 700 nacimientos, y son más comunes entres los asiáticos y determinados grupos de indios americanos. El labio leporino ocurre con menos frecuencia entre los afro-americanos. En cuanto a la frecuencia de esas anomalías, algunos estudios demuestran que el 25% de los bebés padecen de paladar hendido, 25% de labio leporino, y el 50% de ambos. Tanto el labio leporino como el paladar hendido pueden desarrollarse por separado o al mismo tiempo. Esas anomalías se presentan como un defecto congénito de las estructuras que forman la boca. Ocurre cuando el bebé, al nacer, presenta una hendidura o separación en el labio y/o en el paladar, debido a que los dos lados del labio superior no crecieron a la vez, como deberían.
La medicina todavía no ha encontrado una causa exacta que explique el por qué ocurre esos defectos en los bebés. Algunos estudios llegaron a demostrar que ese defecto se da sobre todo en familias con un historial de esta anormalidad en un padre, en otro niño o un pariente inmediato. Pero también quedó demostrado que puede ocurrir en familias sin los antecedentes ya mencionados. Si padres que no nacieron con una hendidura tienen un bebé con esta anomalía, las probabilidades de que tengan otro bebé igual oscilan entre 2 y el 8 por ciento. Si uno de los padres tiene una hendidura, pero ninguno de sus hijos tiene esta anomalía, las probabilidades de tener un bebé con este defecto son del 4 al 6 por ciento. Si uno de los padres y un hijo presentan una hendidura, las probabilidades de que otro hijo nazca con esta anomalía son aún mayores. Se recomienda, en esos casos, consultar a un especialista en genética.
También se cree que existen algunos factores ambientales, como ciertos fármacos, drogas, productos químicos, plomo, e incluso deficiencias de vitaminas (como el ácido fólico), que reaccionan con ciertos genes específicos e acaban interfiriendo en el proceso normal del cierre del paladar y en el desarrollo del labio.
La boca del feto se forma durante los primeros tres meses del embarazo. Durante ese tiempo, las partes del paladar superior y el labio superior normalmente se unen. Cuando esta unión no ocurre, el bebé tiene un labio leporino y/o un paladar hendido. Un niño puede tener labio leporino, paladar hendido o ambos. El labio leporino y el paladar hendido juntos son más comunes en los niños que en las niñas.
Es importante saber que la mayoría de los bebés que nacen con esa hendidura son sanos y no tienen ninguna otra anomalía congénita.